Por tonta te metiste en otra encerrona de la que no es fácil salir. De obsesión te saben las cosas ya que dejaste sin riendas el camino a seguir. Intendas olvidar la mentira tan grande que te comiste pero poco a poco te das cuenta de que no puedes. El no poder te lleva a la desesperación de no lograr sacarte de la cabeza a alguien que en su día confiabas y es que parece que no aprendes, que la confianza no se da se gana. Y tú, sin embargo, la regalas. Ya es pena lo que sientes al saber que no aprendes de las caídas, y sobretodo rabia al saber que esto no hubiera pasado si tú no hubieras querido. Mi niña te volviste a ahogar en otro vaso de agua y no esperes rescates ni esperanza, esa ya se perdió por el camino...
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